Aunque es un plato tradicional de primavera, este navarín de cordero se puede comer en cualquier momento. La mezcla de sabores sorprende y a medida que se degusta destacan unos u otros vegetales.
Su origen se debate entre quienes aseguran que el nombre proviene de la Batalla de Navarino (durante la guerra de independencia de Grecia) y quienes la atribuyen a la presencia del nabo en la receta (en francés navet). Hay muchas variantes, dependiendo de las verduras que incorporan, típicas de la primavera, pero siempre con una receta base.
Ingredientes
- Grasa de carne o manteca para freír
- 1 cebolla grande picada
- 1 diente de ajo machacado
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 1/4 kilo de carne de cordero para estofar u 8 chuletas sin grasa
- Harina para cubrir
- Pimienta negra recién molida
- 400 gramos de tomates
- 1 cucharada de puré de tomates
- 2 zanahorias grandes, cortadas en rebanadas
- 1/4 kilo de nabos, pelados y picados
- 1 ramillete de hierbas de olor
- 1 cucharadita de azúcar
- Perejil fresco picado para adornar
Preparación
- Precalentar el horno a 160 grados centígrados.
- Derretir la grasa en una cacerola. Añadir la cebolla y el ajo y freír durante cinco minutos o hasta que estén dorados.
- Pasar el cordero por la harina condimentada con pimienta negra y freírlo en la olla. Esperar a que esté dorado por todas partes.
- Agregar los tomates, el puré de tomate y el resto de los ingredientes, menos el perejil. Cuando hierva, cubrir con una tapa refractaria o con papel de aluminio y hornear durante aproximadamente dos horas o hasta que la carne esté suave y casi se desprenda del hueso.
- Rectificar la sazón, desechar las hierbas y espolvorear el perejil picado antes de servir.
- Se puede acompañar con puré de papas o papas asadas con cebollín (finamente picado).